SOLO EL PUEBLO SALVARÁ AL PUEBLO

Estamos transitando una época de crisis que genera incertidumbres, replanteos, revisiones.

Todo es puesto en debate, o casi todo.

Sin embargo, en un tema la opinión popular es unánime: Repudio absoluto al Poder Judicial.

Se trata del sector del Estado que a diario confirma su carácter elitista, jerárquico, autoritario, machista, patriarcal, racista y profundamente anti democrático, así como garante de la reproducción del sistema hegemónico.

La mayor exponente de estas cualidades es, sin lugar a dudas, la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Miembros que aceptaron entrar al Tribunal por decreto presidencial, violando la ley con la anuencia del resto de sus integrantes, que se fijan sus sueldos discrecionalmente, que no pagan impuestos, que ignoran los derechos de las trabajadoras y los trabajadores judiciales, que no tienen plazos para cumplir con su tarea lo que se traduce en juicios que no se resuelven en años y hasta en décadas, que parecen ignorar algo tan elemental como que no pueden reemplazar al Congreso Nacional en su tarea legislativa como han pretendido respecto al Consejo de la Magistratura, que no tienen empacho en exhibir impunemente su poder extorsivo, etc.; lo que configura una situación de extremadísima gravedad institucional y política.

Están al servicio de los sectores dominantes más concentrados, a quienes sirven como instrumento para favorecer sus intereses en contra de los del pueblo.

Claro que no se puede generalizar, hay jueces y juezas que ejercen su función con responsabilidad, sensibilidad, eficacia y pensando en los intereses de quienes acuden por Justicia. Pero el problema no es de nombres, sino de estructura sistémica. De ahí la necesidad de una profunda reforma judicial conectada con cambios sociales estructurales.

Sin lugar a dudas se impone impulsar y concretar una Reforma Judicial. Pero no cualquier reforma. No se trata de cambios de nombres, de reformas cosméticas.

En el capitalismo, el Poder judicial garantiza al igual que los otros dos poderes, su reproducción. Por eso es una ficción hablar de Poder Judicial independiente como se suele enarbolar. Es de vital importancia encarar una reforma judicial en el contexto de los cambios que faciliten la construcción de una sociedad emancipada de la explotación del capital, justa, democrática, soberana.

No obstante, no se trata de esperar los cambios profundos para actuar y en ese camino luchamos en lo concreto contra esta Corte corrupta y venal y vamos por más. En unidad de acción y con el reclamo y la movilización popular

¡Renuncia ya de todos los miembros de la Corte Suprema de Justicia de la Nación!

¡Reforma judicial con participación popular!

La CORRIENTE POLITICA DE IZQUIERDA, con sus propias consideraciones adhiere a la convocatoria para el 1ro de febrero de 2022 a las 18 horas en la Plaza Lavalle y en todas las plazas del país.

CPI- CORRIENTE POLITICA DE IZQUIERDA –  Argentina, 25 de enero de 2022

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