Haber mínimo, 82% móvil
En la actualidad el haber inicial para un trabajador o una trabajadora que se jubila es el resultado del cálculo que toma como base el monto promedio de sus haberes de los últimos diez años. Es importante hacer notar que vivimos en un país donde uno de sus más importantes flagelos es la inflación con lo cual este cálculo hace que la mayoría de las y los trabajadores cobren un haber jubilatorio equivalente al 45 o al 50 % de su último salario como activo.
Nuestra propuesta es que el haber inicial de un jubilado sea el equivalente al 82% de su salario como activo y no el resultado de un cálculo hecho para perjudicar al trabajador. Por otro lado, hay que tener en cuenta que a partir de jubilarse el trabajador deja de aportar al sistema previsional.
La ley 27426 de 2018 establece que el haber no puede ser inferior al 82% del Salario Mínimo Vital y Móvil que a partir del 1ro de mayo de 2024 es de $234.000 (el 82% sería $192.000). Más de la mitad de las y los jubilados cobran la mínima que sumada al bono está un poco por encima de esta última cifra.
No nos limitamos a exigir que el haber jubilatorio debe ser calculado sobre el 82% móvil del último salario del trabajador en su condición de activo sino que, el monto resultante debe ser equivalente, como mínimo, al de la Canasta básica para una persona adulta mayor calculado por la Defensoría de la Tercera Edad de CABA y que en la actualidad es de $700.000.
Respecto a las actualizaciones, éstas serán mensuales de acuerdo a la variación del IPC, el aumento de los salarios de los activos o del incremento de los ingresos fiscales destinados al sistema previsional eligiéndose el que dé el número mayor. Insistimos que para el haber mínimo éste no podrá ser inferior al monto de la Canasta de referencia.
En este punto aparecen dudas que son alimentadas por los permanentes defensores de la “sustentabilidad” del Sistema jubilatorio. Los que no se preocupan por la falta de registración laboral porque no les interesa en lo más mínimo que los trabajadores y sus familias se encuentren sin cobertura social, los que apoyan el derecho de las patronales de no registrar a sus trabajadores como pasa ahora con la Ley Bases y nunca puedan acceder a la jubilación, los que impulsan la privatización del sistema jubilatorio total o parcialmente destruyendo al sistema estatal, los que se esfuerzan denodadamente por bajar salarios y licuar los haberes jubilatorios.
Nosotros sostenemos la defensa del Sistema público, de reparto, solidario, intergeneracional conducido y administrado por trabajadores activos y jubilados y con una minoritaria participación del Estado en su condición de garante del mismo.
Para que sea sustentable debe aumentarse la registración laboral penando severamente su violación por parte de las patronales. Como consecuencia lógica habrá más ingresos por los aportes de los trabajadores y las contribuciones patronales. Esto es precisamente a lo que las patronales se oponen. Por ganar unas monedas más no dudan en condenar a millones de personas a la intemperie en su vejez. Lo disfrazan con argumentos falaces (impuestos al trabajo, presión tributaria asfixiante, la industria del juicio, etc.).
Un dato importante: los ingresos a la seguridad social no son sólo los aportes y contribuciones de trabajadores y empleadores respectivamente. Hay una parte que proviene de la recaudación impositiva que ya hace años ha disminuido en perjuicio de la ANSES desafectando impuestos como aportantes al sistema.
El aporte de recursos fiscales no es exclusivo de Argentina sino de gran parte de países de los llamados “desarrollados” y tiene que ver con varias causas. Los sistemas solidarios y de reparto deben hacer frente al aumento de la población adulta jubilada. En este punto las disyuntivas no son muchas: o se refuerzan estos sistemas con políticas de empleo y fiscales o se condena a la gran mayoría de la población a pasar los últimos años de su vida en la miseria y la indigencia. En Argentina parece ser que no está resuelta esta discusión, lamentablemente. Por tal motivo es que insistimos en la necesidad imperiosa de la unidad de los trabajadores activos y jubilados en la lucha por los derechos del sector jubilado.
Volviendo al tema del Haber mínimo creemos que en tanto nos encontramos ante una emergencia multicausal deben instrumentarse medidas de emergencia (valga la redundancia) que permitan ir en ayuda de millones de personas condenadas en la actualidad a padecer una vida de privaciones. La obligación del Gobierno y demás sectores del poder político es impulsar políticas que garanticen un haber digno para esas trabajadoras y trabajadores que durante años y años se pusieron al hombro la construcción del país mientras otros se dedicaban a llevársela “en pala” a los paraísos fiscales.
Por eso decimos:
¡¡¡ Aumento de Emergencia Ya!!!
¡¡¡Haber mínimo igual a la Canasta básica del Adulto mayor!!!
Moratoria
Uno de los temas más controvertidos es la Moratoria previsional. La mayoría de hombres y mujeres podrán jubilarse solamente a través de moratorias.
Las causas de esta situación son varias. El desempleo, la no registración laboral, el fraude laboral llevado a cabo por empleadores, los trabajos de cuidado familiares y comunitarios gracias a los cuales pueden emplearse otros miembros de la familia. Esto último explica por qué nueve de cada diez mujeres no podrán jubilarse mediante el sistema ordinario por no cumplir con los años de aportes salvo que lo hagan a través de una moratoria.
También debemos tener presente que, como decíamos más arriba, el sistema también recibe aportes fiscales que son recaudados a través de los impuestos, por ejemplo, el IVA. O sea que cualquier persona a través de una compra por mínima que sea está contribuyendo a la financiación del sistema previsional. Todo esto debiere ser debatido profundamente conjuntamente con el rol y la importancia social que tienen las tareas en los ámbitos familiares y comunitarios y en donde son las mujeres las ignoradas eternas.
El capitalismo tiene por objeto la tasa de ganancia, el lucro. Según su lógica quien no produce (entre ellos los jubilados) es una carga para la sociedad. Esto, que puede parecer muy duro, muy inhumano, es lo que sostienen los representantes del poder económico dominante tanto nacional como transnacional y el FMI y no lo aceptamos.
Por tal motivo desde la Mesa Coordinadora decimos:
NO al DNU
NO a la Ley Bases
NO a los proyectos de movilidad jubilatoria impulsados por los bloques mayoritarios
NO a la eliminación de las Moratorias previsionales
SI a un Nuevo sistema previsional público, de reparto, solidario e intergeneracional conducido y administrado por los trabajadores activos y jubilados.
Hugo Antonio Blasco
Secretario de Organización
MESA COORDINADORA NACIONAL DE ORGANIZACIOES DE JUBILADOS Y PENSIONADOS DE LA R.A.
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