Documento Fin de Año 2025

Transcurridos dos años del gobierno de Javier Milei, el poder económico y político ha generado el mayor ajuste de la historia.

-Han salido favorecidas sus ganancias, mientras trabajadores y pobres son los principales perdedores.

-Han caído los salarios y haberes jubilatorios, que hoy bordean los niveles más bajos de la región. 

-Aumenta la precarización y se incrementa el trabajo informal.

-Se vive un estancamiento económico y baja del consumo que aumenta la ola de despidos y cierres de empresas.

-Han cerrado 20.000 establecimientos.

Esto forma parte de la matriz del proyecto político y económico de Milei, las patronales y el FMI. Todo encuadrado en el seguimiento absoluto de la política imperialista encabezada por Donald Trump.

La lógica del capital constituye el basamento de la degradación del conjunto de las relaciones sociales.

Todo lo que no tenga objetivos mercantiles es visto como superfluo e incluso dañino, un mal social a suprimir.

En esa línea se avanza en la destrucción de la salud y la educación públicas.

Lo mismo con la ciencia y la técnica a cargo del Estado, la licuación de las medidas de protección al ambiente, el desmantelamiento de los programas de género y diversidad, el rechazo a los derechos de los pueblos originarios y la persecución a los migrantes.

La ley de Reforma Laboral intenta no solo mayores niveles de explotación, sino que apunta al sometimiento del sujeto histórico con más posibilidades de articular la resistencia contra la ofensiva capitalista.

Los sentidos del trabajo abarcan los diferentes planos de la vida económica y política, ambiental y cultural.

Resulta trascendente su defensa frente al poder del capital.

En este punto en especial radica la brutalidad de la política de Milei.

Para él y sus auspiciantes la igualdad, la justicia social, la soberanía popular, constituyen  ”patologías sociales», por lo tanto la «democracia» debe poner límites a estos excesos. 

El discurso de Milei es violento y descalifica por completo a quienes elige como enemigos.

Abre paso así a la violencia física, como en el caso de las jubiladas y jubilados, o los manifestantes en Mendoza por el derecho al agua.

La Corriente Política de Izquierda ha promovido las movilizaciones y luchas de estos últimos años y seguirá haciéndolo. Aspiramos a un gran paro nacional, que inicie un plan de lucha sostenido hacia una huelga general.

Este esfuerzo aún sería insuficiente, si no tiene el propósito firme y las herramientas adecuadas para el avance hacia una alternativa política de masas.

Es tiempo de protestas y también de propuestas.

Se necesitan políticas de signo contrario a las del gobierno actual y la construcción de una verdadera democracia en reemplazo del sistema representativo empobrecido que hoy existe.

Democracia desde abajo, de asambleas y poder comunal.

La construcción de un frente único de los trabajadores, es un camino necesario para el vínculo de las demandas sociales con la propuesta y acción política.

Su conformación requiere la convergencia de distintas organizaciones y diferentes tradiciones políticas, con el denominador común de la asunción de objetivos revolucionarios.

Milei quiere aplastar toda posibilidad de un proyecto político colectivo anticapitalista, que esté en condiciones de afrontar la lucha por el poder.

Como sus mandantes del poder económico, pretende un abajo social empobrecido, fragmentado, sin referencias organizativas, replegado en el individualismo y la resignación

Confrontar desde las necesidades populares contra el poder de los ricos, decididos a ejercer la violencia, convoca al campo popular para buscar las acciones conducentes a derrotar al enemigo de clase en todos los campos de batalla económicos, sociales, políticos y culturales. 

La unidad y la movilización masiva resultan hoy indispensables para poner en práctica el indispensable espíritu de contraofensiva.

CORRIENTE POLÍTICA DE IZQUIERDA